Elevar el nivel de oxígeno natural en sangre haciendo uso de nuestra propia respiración para fines terapéuticos favorece principalmente la desintoxicación de nuestro cuerpo, este proceso de limpieza es posible gracias a respirar en estado de reposo, sin grandes urgencias musculares o metabólicas por parte de nuestro organismo, dejando así libre al oxígeno para realizar procesos de relajación profunda, limpieza, regeneración celular y barrido de estrés o desbloqueo emocional.

El flujo de oxígeno libre en los tejidos degrada sustancias nocivas u hormonales adheridas a la sangre, viseras o paredes celulares; como adrenalina, cortisol, restos de anestesia, metales pesados, alcohol, drogas, agroquímicos utilizados en frutas o verduras para ahuyentar plagas, insectos, malezas, hongos y roedores; hormonas o antibióticos inyectados en animales destinados al consumo humano, edulcorantes, conservantes, amianto, formol, benceno, bacterias, hongos, aluminio o fluoruro, comúnmente utilizados en pasta de dientes, desodorantes o para potabilizar el agua, etc.